
El mecanismo, que se encuentra aún en fase experimental, permite recoger la energía suficiente como para hacer funcionar un localizador de GPS o un teléfono celular.
El mecanismo se basa en la reabsorción de la energía mecánica que hacen nuestros tendones a cada paso que damos.
Por lo general, esa energía no va a ninguna parte, por lo que la rodillera puede convertirla en electricidad sin que suponga ninguna fatiga muscular.
“Hay energía que se puede obtener en distintas partes del cuerpo, y puede usarse para generar electricidad. La rodilla es, probablemente, la mejor de estas partes”, explicó Arthur Kuo, investigador de la Universidad de Michigan y autor del estudio.
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